viernes, 15 de marzo de 2013

Tienes una idea de negocio? Y ahora…


Una idea de negocio no lo es todo, aunque el tenerla ya es un buen comienzo. Requiere hacernos algunas preguntas. Básicamente debemos tener un producto, un mercado y la capacidad de introducir el producto en el mercado. Ahora bien, ¿Sabemos a qué mercado enfocarnos? ¿Cuál es nuestro mercado?

Ningún negocio, y en especial uno pequeño, puede ser "todas las cosas" para “toda la gente”. Cuanto más estrechamente se puede definir tu mercado objetivo, mucho mejor. Este proceso se conoce como la creación de un nicho de mercado y es clave para el éxito, incluso para las empresas más grandes. Los nichos de mercado no es algo que cae por casualidad o que se encuentra sin más, sino que deben ser cuidadosamente diseñados.

Crear un buen nicho, implica seguir un proceso de siete pasos:

1. Haz una lista.
¿Con quién quieres hacer negocios? Debes ser lo más específico posible: Identificar la distribución geográfica y los tipos de empresas o clientes a los que deseas enfocar tu producto. Si no sabes con quién quieres hacer negocios, no podrás hacer contactos. "Debes reconocer que no puedes hacer negocios con todo el mundo". De lo contrario, corres el riesgo de agotarse y confundir a tus clientes.

2. Enfoque.
Un negocio de ropa al por menor, por ejemplo, no es un nicho, aunque es un campo o sector. Un nicho más específico puede ser ropa de maternidad para las mujeres ejecutivas o ropa de tallas grandes. Tu lugar debe surgir de forma natural de tus intereses y experiencia.

3. Visualiza y empatiza con las necesidades del cliente.
"Trata a los demás como lo harían a sí mismos". Debes mirar el mundo desde la perspectiva de tus clientes potenciales. Así puedes identificar sus necesidades y/o deseos. La mejor forma de hacer esto es hablar con tus posibles clientes e identificar sus principales preocupaciones y necesidades.

4. Sintetizar.
En esta etapa, tu idea de negocio debe comenzar a tomar forma. Un buen nicho de mercado se desarrolla, lo que te permite desarrollar diferentes ideas y obtener también el beneficio de la creatividad, aún conservando tu actividad principal. Y eso garantizaría la supervivencia a largo plazo, no sólo del negocio, sino del interés y pasión por parte del emprendedor.

5. Evaluar.
Ahora es el momento de evaluar tu producto o servicio propuesto. Tal vez te des cuenta de que el negocio que quieres poner, por ejemplo, requiere constantes viajes y estar semanas fuera de casa. Quizás, eso significaría que no cumple uno de los criterios anteriores: "no te llevará a donde quieres ir"; y corres el riesgo de cansarte en el medio plazo, o sencillamente, podría ser un sufrimiento para tí, muy alejado de tu verdadera pasión.

6. Test.
Una vez que ya tengas claro el producto o servicio, no tengas miedo de probarlo con algunos consumidores para que te den tu opinión. Sólo así sabrás en qué puedes mejorar.

7. Adelante.
Ya es hora de poner en práctica tu idea. Para muchos esta es la etapa más difícil. No tengas miedo. Si hiciste bien los deberes, entrar en el mercado será un riesgo calculado, no sólo un juego de azar.

No obstante, piensa que lo peor que te podría pasar es que fracasaras en tu intento. Y partimos de la base, aunque suene a frase hecha, que el fracaso es lo único que tienes garantizado si no lo intentas.