lunes, 24 de febrero de 2014
El aroma de una tienda, ¿puede incitarlo a comprar más?
El marketing olfativo es una estrategia comercial que puede provocar en los consumidores un recuerdo o deseo que incita a permanecer más tiempo en un establecimiento y consumir más.
Según un estudio de The Sense of Smell Institute, una importante organización de investigación de la Fragance Foundation que auspicia las 82 firmas más importantes de perfumería en el mundo, con la aplicación de estas tecnologías aromáticas observaron una mejora del 40% en el humor de los compradores.
Además, estas experiencias multisensoriales permiten a los clientes desarrollar conexiones emocionales con la marca y generan lealtad.
Algunos de los países pioneros en este concepto son Estados Unidos y Japón, sin embargo, en Latinoamérica apenas comienza a tomar fuerza y ganar clientes.
Es el componente crítico del marketing sensorial, que apela a los sentidos para generar una reacción favorable hacia una marca o servicio.
La estrategia mide sus resultados a través de encuestas de salida, en variables cuantitativas y cualitativas realizadas en los negocios a lo largo de 15 días, en los que consultan a los clientes acerca de la percepción de la fragancia.
Al mismo tiempo y al margen de las encuestas, comprueban la facturación en cada local en el periodo de prueba y es comparado con la semana anterior, el mes anterior y la misma fecha del año anterior.
Las categorías de aromas dependen del tipo de negocio. "La decisión sobre a qué debe oler una marca, surge después de un proceso basado en un perfil del cliente.
Cada sector suele tener requerimientos diferentes. Por ejemplo, los hospitales generalmente quieren que huela a limpio para transmitir higiene, de modo que la mayoría de sus fragancias llevan notas cítricas para generar ese efecto.
Las tiendas infantiles suelen elegir talco o colonia de bebé. Las boutiques para mujeres basan el olor de acuerdo al nivel socioeconómico y la edad, varían entre notas florales hasta marinas-florales más sofisticadas.
Los hoteles en general buscan fragancias autóctonas de la zona donde están ubicados.
Para aromatizar un espacio hay varios mecanismos, desde barritas perfumadas que se adhieren a la pared para espacios pequeños, hasta un cartucho que es colocado sobre un ventilador o a través del aire acondicionado.