¿Tu empresa está en problemas y no sabes a quién recurrir? Tal vez necesites la ayuda de un consultor y no lo sepas.
Actualmente, cada vez más empresas contratan algún servicio de consultoría. Sin embargo, muchas empresas desconocen los beneficios que un consultor puede dar a su organización, por ello se preguntan: ¿la consultoría es para mí?
Al igual que las personas, las empresas también se enferman. Cuando esto sucede es necesario llamar a un “médico” para que las diagnostique, les prescriba un tratamiento y le de seguimiento a su padecimiento. Ese médico es el consultor.
Características de la consultoría
La consultoría debe ser independiente. No pueden proveer servicios de consultoría las personas que están en el día a día de la operación, porque difícilmente verán con objetividad los errores que está cometiendo la empresa.
Al no tener la capacidad para tomar decisiones y ejecutarlas, él funciona como un promotor del cambio. El papel del consultor es aconsejar a los tomadores de decisión; su obligación es hacerlo en el momento preciso y de la forma correcta.
Al pasar por un gran número de organizaciones, el consultor adquiere un gran número de conocimientos. Esta capacidad le permite tener la experiencia para saber cómo actuar ante una problemática. Por ello se dice que los consultores son “generalistas”: si bien cuentan con su especialidad su cultura general es muy amplia.
Sin embargo, es importante destacar que el consultor no es un mago. La mera consultoría no eliminará los problemas de la empresa: será necesario que se involucren todas las áreas para implementar las estrategias propuestas y desarrollar ajustes y cambios de manera conjunta.