La planeación estratégica está
entrelazada de modo inseparable con el proceso completo de la dirección; por
tanto, todo directivo debe comprender su naturaleza y realización. Cualquier
compañía que no cuenta con algún tipo de formalidad en su sistema de planeación
estratégica, se expone a un desastre inevitable. Algunos directores tienen
conceptos muy distorsionados de ésta y rechazan la idea de intentar aplicarla;
otros están tan confundidos acerca de este tema que lo consideran sin ningún
beneficio, y algunos más ignoran las potencialidades del proceso tanto para
ellos como para sus empresas. Existen quienes tienen cierto conocimiento,
aunque no lo suficiente para convencerse que debería utilizarla.
La planificación estratégica
tiene dos connotaciones relativamente diferentes; realizar un “mapa” de las
probables decisiones futuras de una organización o diseñar una ruta de acción
personal para el futuro. En ambos casos nos enfrenta a la incertidumbre de qué
pasará en el futuro y cómo actuaremos de manera conveniente para cumplir
nuestros propósitos fundamentales. Al final las dimensiones personal y
organizacional se entretejen en tanto el rumbo que elegimos para nuestras
organizaciones, las cuales influirán en las personas y viceversa.
En general se trata de la
interacción entre entorno y el interno de los entes y la habilidad de estos
para actuar de manera pro activa configurando estrategias que nos permitan
aprovechar nuestras fortalezas internas y las oportunidades externas.
La planificación Estratégica es
una herramienta por excelencia de la Gerencia Estratégica, consiste en la
búsqueda de una o más ventajas competitivas de la organización y la formulación
y puesta en marcha de estrategias permitiendo crear o preservar sus ventajas, todo
esto en función de la Misión y de sus objetivos, del medio ambiente y sus
presiones y de los recursos disponibles.
La expresión Planificación
Estratégica es un Plan Estratégico Corporativo, el cual se caracteriza
fundamentalmente por coadyuvar a la racionalización de la toma de decisiones,
se basa en la eficiencia institucional e integra la visión de largo plazo
(filosofía de gestión), mediano plazo (planes estratégicos funcionales) y corto
plazo (planes operativos).
La planeación estratégica es
engañosamente sencilla: analiza la situación actual y la que se espera para el
futuro, determina la dirección de la empresa y desarrolla medios para lograr la
misión. En realidad,
este es un proceso muy complejo que requiere de un enfoque
sistemático para identificar y analizar factores externos a la organización y
confrontarlos con las capacidades de la empresa. Cuente con D2!