Para poder elaborar estrategias exitosas es
imprescindible un minucioso análisis del mercado en el que se opera, los
productos o servicios que se ofrecen y la estructura con la que se cuenta para
competir.
Ver más allá. Enriqueciendo el proceso estratégico
con análisis de tendencias futuras, resultado de la observación metódica del
entorno de la empresa.
Crear diferencias. Para establecer sólidas ventajas
competitivas en el tiempo.
La estrategia corporativa es de gran importancia
para cualquier empresa, pequeña o grande.
Existen múltiples definiciones de estrategia. Una
definición más orientada hacia el mundo de negocios, la provee Bruce Henderson:
“es la búsqueda deliberada por un plan de acción que desarrolle la ventaja
competitiva de un negocio, y la multiplique”. Muchas de las definiciones
modernas hacen énfasis en la necesidad de una empresa de tener una ventaja
competitiva, que la distinga de las demás. Según Michael Porter, la estrategia
competitiva trata sobre “ser diferente”. Es decir, seleccionar una serie de
actividades distinta a las que otros han seleccionado, para ofrecer una mezcla
única de valor.
Formular la estrategia empresarial, y luego
implementarla, es un proceso dinámico, complejo, continuo e integrado, que
requiere de mucha evaluación y ajustes.
Formular
la estrategia de una organización, implica tres grandes pasos:
Determinar
dónde estamos: analizar la situación tanto interna como externa, a nivel
micro y macro.
Determinar a
dónde queremos llegar: esto implica establecer la misión, visión, valores y
objetivos, tanto a nivel corporativo como a nivel de unidad de negocio.
Determinar
como llegar hasta allí: es decir, el plan estratégico, la serie de
decisiones que se deben tomar, basadas en factores como:
Qué productos y servicios ofrecer
Qué demandas del mercado satisfacer
A qué segmento de clientes atender
Qué tecnología utilizar (o desarrollar)
Qué método de ventas utilizar
Qué forma de distribución utilizar
Qué área geográfica atacar
De nada sirve contar con una fabulosa estrategia,
si esta no se lleva a cabo. Implementar
el plan implica una serie de pasos:
Asignar y
procurar los recursos necesarios: financieros, humanos, tiempo, tecnología,
etc.
Establecer
la estructura humana: puede ser una estructura jerárquica de comando,
equipos multi-funcionales, etc.
Establecer
responsabilidades: cada tarea o proceso debe ser responsabilidad de una
persona o un equipo.
Gestionar el
proceso: evaluar los resultados, y hacer los ajustes necesarios.
En D2,
acompañamos a nuestros clientes, generando estrechos vínculos que nos acercan a
la cabal comprensión de sus problemas, comprometiéndonos profundamente con el
logro de objetivos.