“Cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil.
Pero, ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el
momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta...Eso no es
fácil" (Aristóteles)
Como sucede con muchos de los nuevos enfoques
gerenciales, los componentes de la inteligencia emocional,
separadamente, no son nada nuevos. Se trata de temas que desde hace años son
objeto de estudio e inclusive de programas de capacitación, tanto de directivos como de profesionales. Lo
novedoso es su integración en un sistema coherente de actitudes y
comportamientos que numerosas investigaciones evidencian que pueden
proporcionar resultados exitosos en el desempeño individual, en las relaciones
interpersonales, en el trabajo de dirección y en diferentes esferas de la vida.
El término inteligencia emocional se refiere a la
capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los
demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los
demás y con nosotros mismos. Se trata de un término que engloba habilidades muy
distintas, aunque complementarias, a la inteligencia académica, la capacidad
exclusivamente cognitiva medida por el cociente intelectual.”
Para concluir, sería bueno analizar cómo está tu
inteligencia emocional. Debes preguntarte ¿qué le gustaría cambiar? ¿Qué áreas
de tu inteligencia emocional son fuerte y cuales son débiles? ¿Qué beneficios
va a producir si mejoras esas áreas que son débiles? ¿Qué precio te va costar
si no fortaleces esas áreas débiles? ¿Qué personas te pueden ayudar a fortalecer esas
áreas? Y finalmente, ¿qué cambios se deben dar para fortalecer tu
inteligencia emocional? Te recomiendo que escribas todas estas preguntas en
papel y las contestes, puedes discutirlas con tu colega, pareja, amigo o algún
familiar, es importante que lo hagas y cumplas con este proceso, pues de lo
contrario no producirá los resultados deseados.