jueves, 27 de junio de 2013

No se puede gestionar lo que no se puede medir.


Contar con indicadores de control es lo que permite conocer el estado de la compañía. Pero no se puede caer en la tentación de medir sólo la rentabilidad.

No se puede gestionar aquello que no se puede medir, es una de las premisas básicas del management. En las empresas familiares esta afirmación debería ser una regla, ya que el hecho de contar con indicadores de control posibilitará conocer el estado de la compañía y su grado de avance hacia la concreción de la estrategia planeada, dando así un paso significativo hacia la profesionalización.

¿Qué se debe medir? La tentación es medir sólo la rentabilidad de la empresa o los ingresos por ventas, pero ¿es esta información suficiente?

Muy probablemente la respuesta sería negativa. Podemos asociar esta situación a las empresas en donde el único resultado medido es el contable, pero éste sólo refleja la historia pasada y poco dice acerca de cómo se construyó.

Para tener una explicación se deben detectar cuáles son las principales causas que llevan o no a lograr un buen resultado económico.

Norton y Kaplan, a través del cuadro de mando integral, proponen que la rentabilidad de una compañía está determinada por inductores estratégicos, estos son: la formación y desarrollo de los colaboradores de la empresa familiar, la ejecución adecuada de los procesos internos y la generación y desarrollo de clientes. Todas estas variables en conjunto explican la rentabilidad de la compañía.

Para cada una de estas perspectivas (formación y desarrollo del personal, calidad de los procesos internos, satisfacción y obtención de clientes y resultados financieros) se deben fijar varios objetivos denominados estándares.

Transcurrido cierto tiempo estas variables deben medirse y comparar los resultados obtenidos con los resultados esperados. Aquellas variables que arrojen resultados negativos deben ser fruto de un análisis detallado y ser consideradas como potencial área de mejora.

De esta manera se habrá podido detectar cuáles son las fortalezas y debilidades de la compañía, haciendo foco sobre las variables estratégicas, y determinado planes de acción sobre aquellos inductores que sean la causa principal de la no obtención de los resultados planeados.

Es así como la gestión a través de indicadores simplifica la tarea de control de los directivos y la posibilidad de comunicar a los colaboradores, accionistas y familiares acerca de las razones que explican el resultado económico.

El Tablero de Control se ha convertido, para nosotros, en una herramienta imprescindible para la conducción, similar al tablero del automóvil, absolutamente necesario para su conducción segura.

miércoles, 19 de junio de 2013

Evitar la subjetividad en la selección de personal.


La selección de personal es uno de los procesos más importantes que existen dentro de las funciones de la Gerencia del Talento Humano, pues es a través de este proceso que se logra captar un buen número de personas con las competencias necesarias para hacer de la empresa lo que se espera que ella sea, con la calidad deseada y la orientación correcta.

Sin embargo, existen algunas distorsiones que, aunque parezcan propias del área y del proceso, restan valor al proceso de selección terminan siendo causantes, en la mayoría de los casos, de la pérdida de talento humano valioso y significativo.

Esas distorsiones provienen de la excesiva importancia que se le da a la experiencia en materia de selección y a la sobrevaluada confianza que se logra depositar en ella y, especialmente cuando quién es responsable de seleccionar ha perdido la capacidad de aceptar que puede equivocarse o que su juicio puede estar sesgado o limitado. Aunque es usual que los llamados expertos se muestren seguros y confíen en lo que hacen, no siempre sus opiniones están basadas en análisis fundamentados y criterios profesionales, en algunos casos, se pueden tratar de simples corazonadas o juicios de valor meramente apreciativos. No resulta muy difícil determinar cuándo la decisión que toman los responsables de la selección está basada en un hecho objetivo y no simplemente en una apreciación personal que puede privar a la empresa de la gente correcta, sólo hay que conocer la manera en que lo emiten.

Buena parte de los profesionales dedicados a la selección del talento humano saben que la palabra, como pieza clave de la comunicación, ofrece una imagen del tipo de persona con la que se trata, no sólo como se articula y engrana, sino la manera en que se expone frente a un contexto determinado.

Una de esas manifestaciones, y tal vez la de mayor uso, es la odiosa afirmación que algunos seleccionadores hacen al decir “no lo veo ejerciendo ese cargo” y que de manera inconsciente o intencionada la dicen incluso delante del aspirante.

Cuando un entrevistador expresa de manera directa y contundente que “no ve” al candidato en un puesto en particular, no sólo demuestra una carencia de objetividad, sino que queda manifiesto su desconocimiento total en cuanto al proceso mismo de la selección.

El seleccionador debe dedicarse a comparar las coincidencias del perfil del candidato con las de la vacante a cubrir en cuanto a experiencia, conocimientos, nivel académico y otras competencias relacionadas, y esto debe hacerlo antes de entrevistar al postulante, ya que una vez en presencia de éste lo que corresponde es corroborar lo ya observado durante el estudio previo.

¿Cuántos profesionales con excelentes competencias no habrán rechazado su empresa a causa de esta práctica incorrecta de no “verle en un puesto en particular”?

jueves, 13 de junio de 2013

Devengado Versus Pagado.


La definición de la palabra Devengo, según el Diccionario de la Lengua Española es: adquirir derecho a alguna percepción o retribución por razón de trabajo, servicio u otro título.

“Adquirir derecho a alguna percepción o retribución por razón de trabajo, servicio u otro título” significa que para poder percibir cualquier cantidad por razón de trabajo, servicio u otro título, previamente se ha de tener derecho a ello.

Se ha utilizado tanto la palabra “Devengo” que fiscalmente se ha asimilado al significado de “pago”, cuando son dos conceptos diferentes: Se produce el pago cuando alguien tiene “derecho” a ello; es decir, que en primer lugar se ha devengar el hecho para posteriormente hacer el pago. Existen situaciones que estos dos hechos el devengo y el pago son simultáneos.

La contabilidad utiliza el criterio del devengo, es decir, muestra los derechos de terceras personas y como consecuencia el derecho de la Administración Pública a percibir los “impuestos devengados” y los socios a percibir los “beneficios devengados”. La empresa actúa como intermediario entre el trabajador, el consumidor y la Administración Pública en relación a los impuestos, por tanto, si los impuestos devengados no están cobrados y tampoco pagados, pero se liquidan a la Administración Pública, se está adelantando unos impuestos que la empresa no ha recaudado y por tal motivo se descapitaliza mientras estas deudas no entren en el Flujo de la Tesorería de la Empresa.

Lo mismo ocurre con los beneficios que se reparten a los socios, son “beneficios devengados pendientes de realizar” y si éstos se pagan, disminuye la Tesorería, por tanto, si se reparten “beneficios devengados”, éstos son anticipados mientras no entren en el Flujo de la Tesorería de la empresa los cobros de clientes y los pagos pendientes de realizar a acreedores y proveedores.

Así vemos que el Criterio del Devengo no refleja exactamente la imagen fiel de la empresa, sino que refleja la imagen fiel de los Hechos contables devengados, pero no la situación real de la empresa.

A la contabilidad según el criterio del devengo, se le tiene que añadir el criterio de Caja de forma que no altere la situación patrimonial de la empresa y pueda reflejar exactamente el beneficio obtenido y los impuestos pendientes de pago en su doble vertiente.

jueves, 6 de junio de 2013

Importancia del estado de flujo de efectivo en las finanzas.



Las entidades han sufrido cambios con el paso del tiempo, y las necesidades de información cada día es más demandante por los usuarios de la misma, el objeto de la información financiera es ser útil para la toma de decisiones que le permita al usuario saber y evaluar a determinada organización.

De los diferentes estados financieros que actualmente existen, y que son muy importantes para conocer la estructura financiera de una entidad, nos enfocaremos en el llamado estado de flujo de efectivo.

La importancia de este fundamental estado financiero de seguro debe radicar en lo útil y necesario que es la información que esta nos proporciona, para los distintos intereses de los usuarios de la información financiera; como por ejemplo: evaluar el comportamiento financiero, económico de la entidad, su estabilidad y su vulnerabilidad en el cumplimiento de sus objetivos.

El sentir la necesidad de conocer el origen y la aplicación de los recursos, es sin duda obtener la información contenido en los cambios de la situación financiera o flujos de efectivo, ya que es sumamente útil para apreciar sus actividades de operación, inversión y financiamiento.

El estado de cambios en la situación financiera, tiene como objeto principal proporcionar a los usuarios de los estados financieros ya sean internos o externos, información concentrada relativa a un periodo determinado, y que les aporte elementos, que en adición a los demás estados financieros, sean suficientes para la toma de decisiones.

Este documento financiero tiene como finalidad presentar la información de forma condesada y de manera comprensible información del manejo del efectivo, abarca el origen y la aplicación de los recursos de una entidad, o en otras palabras su obtención y utilización de recursos que tienen que ver con flujos de efectivo.