jueves, 1 de noviembre de 2012

El trabajo en nuestras vidas.


El trabajo, como actividad, es esencial en la vida de todos, debido a que constituye un aspecto central en su campo psicológico y de su espacio vital.
El trabajo presenta diferentes funciones, muchas de las cuales son psicosociales. Representa una fuente que puede dar sentido a la vida, ya que permite a las personas realizarse personalmente a través del mismo. A su vez, logra representar una fuente de auto-estima y realización personal. Por este motivo es que supone una experiencia vital significativa para los sujetos.
Es necesario resaltar la fuente económica, que implica un doble significado para el ser humano: por un lado, permite mantener un mínimo de supervivencia; y por el otro, conseguir bienes de consumo. Le permite garantizar su independencia económica y control de su vida, así como la elección de actividades de tiempo libre.
El trabajo implica oportunidades para la interacción y los contactos sociales, nos permite ampliar los vínculos más allá del núcleo familiar.
A nivel intelectual, personal, interpersonal, en el trabajo en equipo y en el contacto con diferentes personas, desplegamos capacidades para llevar a cabo funciones diversas.
En todo lugar donde su función de transmitir normas, creencias y experiencias sociales el trabajo tiene un papel socializador muy importante.
El trabajo, como se dice comúnmente, dignifica, nos permite desarrollar diferentes cualidades de nuestra personalidad que quizás no conocíamos. Pero es importante comprender que todo lo que allí hagamos lleva nuestra marca, nos transforma como personas, nos permite aprender, conocernos.