Quienes nacieron entre 1980 y el 2000 son llamados "la generación Y". Y como toda nueva generación que ingresa al mercado laboral desconcierta y altera reglas. Se cree que las generaciones anteriores aguantaban lo que sea con tal de no perder su trabajo. En cambio, los "Y" no. Hacen realidad un dicho de los especialistas en mercado: "Se unen a las organizaciones por el dinero y se van por los jefes". Es que los "Y" buscan vivir bien el presente. Necesitan tiempo para hacer lo que les da placer y a diferencia de sus padres, no organizan su vida alrededor del trabajo. Se los culpa de no comprometerse laboralmente.
"Las características principales de esta generación están relacionadas con un alto nivel de conocimiento y talento, pero con una bajo compromiso. El mercado de hoy exige conocimiento, sabiduría, tolerancia a la frustración, adaptación a los cambios vertiginosos, estabilidad emocional. No son muchos los integrantes de la generación "Y" los que poseen este combo.
Sin duda, entenderlos se ha convertido en un punto prioritario para muchas empresas debido a que no se quedan mucho tiempo en ningún trabajo.
Algunos analistas de mercado dicen que ellos han crecido bajo un sistema de hiperflexibilidad laboral, donde muchas veces las reglas no estan claras.
La adaptación de los jóvenes "Y" depende de algunos parámetros culturales y educativos que deberán plantear las generaciones que actualmente los dirigen. No es cierto que la flexibilidad laboral sea mala. Hay que ser flexible, pero sabiendo delegar la responsabilidad y controlando. Delegar sin control es suicidio. Y esto es lo que justamente les ha pasado a varias organizaciones. No han establecido normas claras de conducta entre las distintas generaciones que conviven en las mismas estructuras.
Los "Y" en diez años dirigirán empresas. Quizás en ese entonces ya no será importante estar en la oficina cumpliendo un horario. La clave será el cumplimiento de los objetivos.